El suicidio es una de las principales causas de muerte en niños y adolescentes en edad escolar. Muchos jóvenes, sus familiares y amigos, el personal de su escuela y los miembros de su comunidad pueden notar signos de estrés y angustia como:
- Miedo y preocupación por su salud y la de sus amigos, familiares y seres queridos.
- Cambio en los patrones de alimentación o sueño.
- Dificultad para concentrarse.
- Problemas de salud que empeoran.
- Sentirse solo y necesitar apoyo social de amigos y familiares.
- Sentirse separado de amigos o familiares.
- Sentirse triste, ansioso, gruñón o de mal humor.
- Evadir actividades que disfrutan.
Es importante recordar que cada persona reacciona de forma diferente ante las situaciones de estrés.
Cuidar de nosotros mismos y de los jóvenes
Las emociones como el miedo, la tristeza, la ira, la frustración y la preocupación son respuestas naturales. Es esencial que los adultos se ocupen de sus necesidades físicas y emocionales para poder estar disponibles para responder a los jóvenes en crisis. Las acciones para mantenerse bien incluyen:
- Hablar con otras personas de confianza sobre sus preocupaciones y sentimientos.
- Dejar de escuchar, ver o leer las noticias y ser consciente de cómo afectan las redes sociales a su estado de ánimo.
- Dedicar tiempo a conectar regularmente con amigos y familiares de cualquier forma posible.
- Hacer todo lo posible por dormir bien, comer sano y hacer ejercicio con regularidad.
- Tomarse tiempo para relajarse, desconectar, hacer las cosas que le gustan o probar algo nuevo.
- Evitar el alcohol y las drogas.
Hacer una lista de las cosas que disfruta o de las personas con las que puede hablar por teléfono, mensaje de texto, chat o por las redes sociales, y considerar crear un calendario regular de actividades cada día.
Cuándo pedir ayuda
Muchos niños, adolescentes y adultos pueden sentirse solos, con miedo e inseguros sobre qué hacer, y los padres pueden tener dudas sobre cómo cuidar de sus hijos en estos casos. Es importante hablar con un profesional de confianza si usted o su hijo o estudiante experimentan tres o más de los siguientes síntomas durante varios días seguidos:
- Sentimientos de tristeza, depresión o mucha irritabilidad.
- Sentimientos de desesperanza o preocupación constante por el futuro.
- Falta de interés por actividades que antes disfrutaba.
- Cambios significativos en el apetito o el peso.
- Cambios significativos en los patrones de sueño.
- Sentirse demasiado cansado para moverse, trabajar o jugar la mayor parte del tiempo.
- Sentirse hiperactivo o agitado la mayor parte del tiempo, o tener muchas dificultades para relajarse.
- Sentirse inútil o muy culpable.
- Mucha dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
- Pensamientos o planes de hacerse daño a sí mismo o a otros.
Factores de riesgo de suicidio
Hay ciertos factores que se relacionan con un mayor riesgo de comportamiento suicida. Estos incluyen:
- Intento(s) previo(s) de suicidio
- Aislamiento y soledad
- Autolesiones no suicidas (p. ej., cortarse)
- Enfermedades mentales, como depresión, problemas de conducta y consumo de sustancias
- Altos niveles de estrés familiar
- Antecedentes familiares de suicidio
- Riesgos ambientales, como la presencia de un arma de fuego en el hogar
- Crisis situacionales (p. ej., la presencia de un arma en el hogar, intimidación y acoso, medidas disciplinarias graves, muerte de un ser querido, abuso físico o sexual, ruptura de una relación/amistad, divorcio, violencia familiar, suicidio de un compañero)
Es importante ser consciente de estos riesgos y tomarlos en serio.
Señales de alerta de suicidio
La mayoría de los jóvenes y adultos que consideran suicidarse muestran uno o más comportamientos que pueden ser signos de ideas o planes suicidas, entre ellos:
- Amenazas suicidas en forma de declaraciones directas (p. ej., “me voy a matar”, “me quiero morir”) e indirectas (p. ej., “ojalá me duerma y no vuelva a despertarme”).
- Notas y planes suicidas (que incluyen publicaciones en redes sociales).
Prevención del suicidio
Lo más importante que podemos hacer para prevenir el suicidio de jóvenes y adultos es tomarnos en serio las amenazas. Especialmente en momentos de mucho estrés, tanto los jóvenes como los adultos pueden sentirse preocupados, asustados, solos y abrumados. Algunas personas pueden mostrar pocos signos de su angustia o ninguno. Hay una serie de medidas importantes que los adultos pueden tomar para mantener a salvo a los jóvenes y a otros adultos.
- Propiciar un entorno seguro y una relación segura de apoyo y confianza en la que niños, adolescentes y otros adultos se sientan cómodos para hablar de sus pensamientos, sentimientos y preocupaciones. Si esto no es posible en su hogar, aliente a los jóvenes y a otras personas a hablar con adultos que puedan brindar seguridad y confianza, como profesionales de la salud mental o consejeros, profesionales médicos, adultos mayores, familiares adultos o asesores espirituales o religiosos.
- Conocer y utilizar otros recursos de apoyo para los jóvenes y las familias. Estos incluyen el apoyo de la familia, compañeros, miembros de la escuela y la comunidad, centros de salud escolares, equipos para crisis, profesionales médicos y de salud mental capacitados, asesores religiosos o espirituales, adultos profesionales con capacitación en la identificación e intervención con estudiantes con riesgo de comportamiento suicida, servicios nacionales y locales de crisis enumerados anteriormente.
- La Línea 988 de Prevención del Suicidio y Crisis está disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana para ofrecer apoyo gratuito y confidencial. Llame al 988 o visite www.988lifeline.org.
- Lines for Life proporcionará una evaluación remota del riesgo de suicidio y un servicio de planificación de seguridad para las escuelas. Llame al 503-575-3760.
- Youthline, apoyo entre pares para adolescentes: 877-968-8491, envíe “teen2teen” al 839863
Información proveída por el Departamento de Educación de Oregón